8 de June de 2023
Encuentro intergeneracional entre las librerías madrileñas Marcial Pons y Dykinson que celebran sus 75 y 50 años de existencia, respectivamente
por Inés Martínez García
El pasado 31 de mayo, dentro del marco de actividades de la Feria del Libro de Madrid, tuvo lugar el Encuentro intergeneracional entre las librerías madrileñas Marcial Pons y Dykinson que celebran sus 75 y 50 años de existencia, respectivamente.
Pablo Bonet, director del Gremio de Librerías de Madrid, dirigió el pasado 31 de mayo una mesa de libreros especializados, de libreros especiales, de profesionales únicos y destacables en el área de la historia y la jurisprudencia en Madrid. Carlos Pascual, Enrique Pascual Pons, Rafael Tigeras y Luis Miguel Tigeras se dieron cita en la sala Taller de ideas de la Biblioteca Eugenio Trías, donde conversaron acerca de sus respectivos aniversarios (Marcial Pons este año cumple 75 y Dykinson 50). Por ello, las diferentes generaciones que han formado y forman parte de su creación y su historia, charlaron sobre su labor como libreros y editores.
Enrique Pascual Pons (librero y presidente del Gremio de Librerías de Madrid y de la Feria del Libro de Madrid) respondió a las preguntas iniciales de Pablo Bonet hablando de Don Marcial, quien «trabajó la escasez, mientras que nosotros la abundancia. Él fue más allá, buscó la especialización para marcar dicha diferenciación». Indicó que actualmente las generaciones más nuevas o segundas y terceras generaciones en el caso de estas librerías, lo tienen más fácil en comparación con la situación que vivieron sus progenitores, «dado que buscaban vínculos con editores más allá de los mares, como con la UNAM, por ejemplo». Por su parte, Rafael Tigeras contó cómo 25 años después de la apertura de Marcial Pons Miguel Tigeras se inicia en el barrio de Argüelles con Dykinson, en una zona universitaria que supone un gran éxito, sobre todo de aprovechamiento para la librería. «Teníamos mayor acceso a alumnos y a profesores. Para conseguir que vinieran a Dykinson, antes de que empezara el curso de verdad, comencé a comprar programas universitarios, por lo que ya los estudiantes se ahorraban tiempo en las colas de la librería de la Complutense y acudían a nuestra librería».
La charla, claramente amistosa y con un matiz de profesionalidad e inteligencia extraordinaria, tocó varios asuntos como la digitalización de las obras, la irrupción de las redes sociales en los modelos de negocio, además de preguntas acerca de cómo ven los libreros de antaño a los de ahora y la profesionalización del librero. Todas estas cuestiones, bien llevadas por Pablo Bonet, dieron lugar diferentes puntos en la conversación. Por su parte, Enrique Pascual hizo alusión al compañerismo: «Siempre nos ayudamos entre nosotros porque entendemos que no podemos romper el hábito que tiene la gente de entrar a una librería y que encuentre su libro. Somos una cadena y debemos preservar este ejercicio de humildad y compañerismo. Ofrecemos libros y soluciones». Rafael Tigeras respondía como si el discurso procediera de una única persona, y no de cuatro especialistas, lo que ya vaticina este buen camino que dichas librerías seguirán tomado en su larga vida. «El secreto de una librería es saber seleccionar. No se puede depender de la elección que haga un editor para ti, sino pensar en las necesidades de los clientes y desde ahí pedir novedades y fondo editorial, es decir: anticiparnos. Esto otorga un trato referencial, de distinción».
Las semejanzas entre las líneas discursivas de los libreros, padres, hijos, nietos de Marcial Pons y Dykinson, es que son empresas familiares, desde las que se transmite la atención y el cuidado tanto al libro como al cliente. «Hay que acercar el libro al cliente en la actualidad», una frase que se repetía una y otra vez, tanto en el conductor de la charla, Pablo Bonet, como en los cuatro invitados.
Por ello, apuntaron que no existen grandes diferencias entre librerías de antes y las de ahora. El librero recibe información de forma continua y este tiene que situarse y anticiparse a las necesidades de sus clientes. Antes se rastreaba para trasladar dicha información a los boletines impresos, «ahora con Internet es todo más fluido».
De la conversación moderada por Pablo Bonet y llevada a cuatros voces: Enrique Pascual Pons, Carlos Pascual, Rafael Tigeras y Luis Miguel Tigeras, nos quedamos con las siguientes afirmaciones, y es que ser especializado no sólo es tener un tema determinado, sino una atención. Al igual que «una librería no es un depósito, es un espacio que se crea en función de una idea. Hay que exponer lo que tienes, contarlo y hacerlo bien».