Resumen del libro
La historia de la literatura en lengua española está llena de fulgores y de trayectorias, no siempre convergentes, de escritores clásicos aún vivos en la retina y en las tablas y de otros casi momificados en el panteón o arrumbados en un olvido que apenas resca-ta su nombre como antiguo, tantas veces injustamente, embalsamados en clichés o pretericiones pretendidamente modernas. Desde el Medievo, en que cuajó en el pára-mo y las villas castellanas como Hita una nueva lengua literaria destinada a dilatarse por el mundo, hasta ese mundo expandido por varios océanos a través de genios ya no españoles, como Borges o Cortázar, la literatura en español ha cuajado en cimas universales densamente fertilizadoras, como el Quijote, la Celestina o el Lazarillo, pero también en gemas transgresoras o laterales, más ocultas cuando no más ocultadas, como la Lozana andaluza o el Polifemo de Góngora, el Tesoro de la lengua de Cova-rrubias o la obra proteica de Galdós, tantas veces menospreciada en comparaciones que, bien al contrario, la encumbrarían como la mejor entre las de su tiempo europeo. Lengua no aniquilante, a cuyo lado han podido fermentar otras no menos bellas, este libro de largo itinerario vital se detiene a mirarlas en el pálpito mismo en que fueron concebidas y materializadas: caminos de la Mancha o tabernas de Madrid, cafés lisboetas o noches sevillanas, en el exilio, la paz o la guerra, en el largo Siglo de Oro de dos siglos o en tantos siglos por reivindicar después hasta el estallido hondo y fastuoso de nuestro siglo XX. De Cervantes a Espronceda, de Gracián a Bécquer, de Quevedo o Lope de Vega a Moratín o los grandes escritores portugueses del siglo pasado, las literaturas ibéricas han conformado un modo fascinante de acercarse a la realidad del mundo. Titanes que dieron con su flecha en la diana del alma de España y, de esa forma, contribuyeron a expresar también memorablemente la del mundo.